Mapa Psicogeográfico de Guadalajara y mapa del Metro.

El habitar, utilizar, visitar, conocer o estudiar una ciudad no conllevan a un mismo resultado. La forma de visualizar un espacio varia del ojo, oído, tacto, gusto y olfato del observador. El caracter con que se afronta una urbe es igual de importante. Desde el punto de vista de un estudiante, arquitecto y foráneo, la ciudad de Guadalajara tiene un cuerpo largo y segregado. Las avenidas principales conectan las áreas de ocio con la zona habitacional y la universidad. Los centros se convierten en zonas distantes mientras que las plazas y centros comerciales de precios incompatibles con el modo de vida de un estudiante se apartan hacía un mismo sector. La ciudad cambia el norte y sur por un cerca y lejos (que no precisamente se mide en metros). Las líneas de autobuses se hacen parte del espacio público, como parques o plazas móviles. 

De esta forma es como Guadalajara se me presenta en la mente, con sus vacíos conectados por rutas de camiones, con conexiones mentales que se pueden representar por medio de un mapa falso de una red de metro bus personal. Conexiones e imágenes mentales y recuerdos sensoriales conforman un mapa psicogeográfico que es el resultado de un deambular constante, de una visita que se repite día con día, de vivir y habitar la ciudad con actitud de estudiante y foráneo. 




Concurso de Ideas para Casa de Opera en Busán, Corea del Sur (Proyecto a Cargo de Jorge Rivera, Alberto Villar, Gerardo Villar, Javier Monteón y Saúl Cruz)

En este proyecto mi participación fue de dibujante, manipulación de gráficos y ayuda general.

La gente se reúne al rededor de una fogata en un claro en el bosque a contar historias.


El teatro tiene su origen en los claros de los bosques, tanto en las fiestas druidas como en las representaciones griegas, el bosque funciona como escenario para la celebración, para recordar a los ancestros y honrar a los dioses. El proyecto de la opera de Busan tiene como punto de partida este antecedente histórico para recrear el espacio de interacción humana, representación artística y acción ciudadana que era el bosque. La opera se convierte en una ruina en el bosque, un espacio abierto al público y a la interpretación. 



 Equipo:
Departamento de Arquitectura (Jorge Rivera, Javier Monteón Ekaterina Vazquez, Luis Aurelio Piña)
Tacolectiva (Alberto Villar, Gerardo Villar, Saul Cruz, Carlos Fortes, Daniel Villanueva, Paola García)

Resultado:
No nos dieron ni las gracias.